Implementar una rutina de ejercicios en tu vida diaria contribuye a optimizar todas las funciones de tu cuerpo, tu circulación, movimiento, humor, pensamiento, respiración, digestión, inmunidad. Contar con una rutina de ejercicios es importante en todas las edades y etapas de la vida, siempre la actividad debe adaptarse a las condiciones físicas y necesidades de cada persona.
• Para el sistema cardiovascular: llevar a cabo una rutina de ejercicios en forma diaria y progresiva en intensidad, permite aumentar la capacidad cardiovascular, es decir, realizar la actividad sin un esfuerzo excesivo. Además la actividad regular permite controlar la presión.
• Para el sistema muscular: aumenta tu fuerza muscular al tiempo que produce una hipertrofia, es decir aumento del tamaño y funcionamiento de las fibras de tus músculos. Mejora también el tono muscular. El aumento de la masa muscular, disminuye la masa grasa.
• Para el sistema esquelético: una rutina de ejercicio diario permite reducir la pérdida de masa ósea en la edad adulta, protegiéndonos de enfermedades como artrosis, osteoporosis y dolores de espalda. Sumado a que los músculos protegen los huesos.
• Para el sistema nervioso: favorece y mantiene el equilibrio y coordinación, importante para evitar mareos, caídas y permitir la implementación de actividad física. Mejora la conexión entre el cerebro con el cuerpo, en la comunicación y ejecución de órdenes.
• Para el equilibrio mental: incorporar una rutina de ejercicios permite la relajación, elimina el estrés diario y disminuye la sensación de dolor. Ayudar a mejorar la sensación de bienestar y el estado de ánimo. Es ideal para desconectarte de la rutina laboral.
• Para el equilibrio psicológico: previene la depresión, reduce la ansiedad, aumenta la autoestima y mejora el sueño. También facilita el control de adicciones a los alimentos o al tabaco. El ejercicio físico es una forma de liberar tensiones.
• Para el aparato respiratorio: mejora la capacidad respiratoria, aumentando la disponibilidad de oxígeno siempre que se incorpore una rutina de ejercicios progresiva. A su vez previene infecciones respiratorias y el control de patologías preexistentes.
• Para el sistema gastrointestinal: optimiza el tránsito intestinal y disminuye las complicaciones gástricas como gastritis e inflamación. Ayuda a aumentar el tono muscular abdominal y favorece la flexibilidad de la columna vertebral.
• Para el sistema endocrino: la actividad física permite la reducción de peso, disminuyendo la grasa corporal, los valores de colesterol y triglicéridos, además, previene y controla la diabetes. Disminuir la grasa corporal puede controlar la resistencia a la insulina responsable de estas patologías.
• Para el sistema inmunitario: incrementa el poder de acción de tu sistema de defensa. El sistema de defensa nos protege de infecciones producidas por bacterias, virus y microorganismos. Se debe evitar que tu rutina de ejercicios conlleve sobreesfuerzos físicos para evitar dañar este sistema.