La dieta de los colores tiene como fin hacer más bonita, sabrosa y nutritiva la comida sin necesidad de pasar hambre, esto es posible debido a que no se trata de eliminar grupos o alimentos, sino de incorporar una alimentación "sana y equilibrada" que ayude a acelerar el metabolismo.
Esta dieta no elimina el número de comidas ni propone ayunos, además, estimula el consumo diario de frutas y verduras de diferentes colores, lo cual garantiza la ingesta de alimentos de bajas calorías y grandes cantidades de vitaminas y minerales, lo que reduce significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, diabetes, entre otras .
Los alimentos se dividen en 6 colores, los cuales deben formar parte del menú diario:
Amarillos: contienen carotenoides, como: la papa, el melón, zanahoria, naranja y calabaza.
Azulados: tales como la uva, la ciruela, la frambuesa, la remolacha, la berenjena
Blancos: como coliflor, batata, arroz, nabo, col, cebolla y banana
Verdes: como el brócoli, kiwi, limón, pepino, entre otros.
Rojos: frutilla, tomate, sandía, manzana, frambuesa, cereza y pimiento, entre otros.
Marrones: como avena, nueces, castañas, lentejas
Cuantos más colores tenga la dieta, mayor será la cantidad de nutrientes en la alimentación.
La dieta fomenta el consumo de frutas y verduras, fuentes de fibra, minerales y vitaminas, los cuales nos brindan excelentes propiedades a nuestro organismo.
Al ser la base de la dieta el consumo de frutas y verduras y no saltear momentos de comidas o realizar largos periodos de ayuno, la persona no pasa hambre, aumenta su poder de saciedad y disminuyen los niveles de ansiedad entre comidas, evitando el picoteo.
La dieta no prescribe la cantidad que se debe consumir de cada alimento, consumiendo más energía de lo recomendado y de esta manera podría promover el aumento de peso.
No hace referencia al consumo de los demás grupos de alimentos, lácteos, harinas, carnes, huevo, que son fundamentales para el funcionamiento de nuestro organismo. Esto puede llevar a la confusión de la persona y derivar en un déficit nutricional.
No existen pruebas realizadas que garanticen relación entre el consumo de vegetales y frutas de ciertos colores con la pérdida de peso.